Según las tradiciones orales, Vitoria fue fundada por un rey visigodo quien le puso el nombre de Victoriacum pero no existen registros suficientes para confirmar este hecho; de hecho, podrían ser los francos quienes fundaron las primeras poblaciones en esta zona tras la caida del imperio romano y no los visigodos, lo cual complicaría aún mas la identificación de la aldea original de la cual terminaria surgiendo Vitoria.
La mayor parte de los historiadores concuerdan con que la Vitoria actual se debe al rey Sancho VI, quien tomo la aldea de Gasteiz y le impuso el nombre de Nova Vitoria con el objetivo de crear ciudades fortificadas que le permitieran detener los avances de sus enemigos, ya fueran musulmanes u otros reyes con intenciones de agrandar su territorio a costa de sus vecinos más débiles.
Esto no impido que, en el año 1200, Alfonso XIII tomará Vitoria incorporándola así al reino de Castilla. Alfonso XI extendió los límites de la ciudad y Enrique III la benefició no con una, sino con dos ferias francas que permitieron incrementar el comercio y generar un gran bienestar económico para los habitantes de la pujante ciudad.
Los éxitos obtenidos, sumados al crecimiento de la población estable, hicieron que en 1431, Juan II de Castilla le otorgará, finalmente, el título de ciudad a Vitoria. En 1466, Enrique IV de Castilla aumentara los privilegios de Vitoria al concederle el título de leal, que cuatro años después, Fernando El católico ampliará a muy leal.
El aprecio de los monarcas hacia la ciudad no disminuyó con los años: en 1615, con motivo de sus bodas reales, se hospedaron en Vitoria Ana de Austria, reina de Francia, e Isabel de Borbón, futura mujer de Felipe IV.
En Vitoria, además, sucede la batalla por la cual las tropas francesas son derrotadas por el duque de Wellington en 1813, impidiendo de esta manera que José Bonaparte pudiera huir con todo su botín.
El siglo XIX es particularmente pródigo con Vitoria en todo lo que tiene que ver con educación: en 1843 se autoriza la construcción del Instituto de Enseñanza Media donde comenzarán las clases una década después; en 1868 se crea la Universidad Libre.
La primera mitad del siglo XX no registra grandes cambios: Vitoria sigue siendo, en parte, la que fue, pero en la década del cincuenta comienza un proceso, como en otras ciudades de España, de industrializacion que le permite incrementar en poco tiempo su población dada la necesidad de nuevas manos que trabajen en las fábricas.
La comprobación de este cambio puede verse en las cifras: de los escasos cincuenta mil habitantes que tenía en los años cincuenta, Vitoria llegó a superar los ciento noventa mil en el año ochenta.
Hoy, la ciudad cuenta con el apoyo de empresas muy importantes que han instalado allí sus fabricas, incluyendo Mercedes Benz, Daewo y Michelin.
A esto debe sumarse el nombramiento de Vitoria como capital de la Comunidad Autónoma Vasca en 1980 que permitió aumentar el comercio y las actividades propiamente administrativas. Además, Vitoria cuenta con un importante Casco Histórico, declarado Conjunto Monumental en 1997 que conserva intacto su trazado original medieval.
La Almendra Medieval ofrece paseos muy excitantes por la historia de la ciudad donde el turista amante de la cultura arquitectonica podra descubrir y admirar edificios, palacios y templos en todos los estilos, del gótico al barroco.
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