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El poder, la atraccion, la seduccion que muchas historias ejercen sobre nosotros se debe a un factor simple: nos cuentan aquello que necesitamos escuchar, nos dicen exactamente aquello que queremos oir, confirman nuestras certidumbres y niegan nuestros temores.
En un muy buen ensayo, George Orwell, autor de Homenaje a Cataluña, 1984 y Granja de animales, hablo de los semanarios juveniles ingleses y su conclusión fue que, desde hacia treinta años venian contando la misma -¡la misma!- historia.
¿Cual era esta historia? La historia de personajes snobs que satisfacian las apetencias, tambien snob, de un público medio deseoso de integrase a una clase superior de la cual no formaba parte. Contar historias para satisfacer los deseos del público, por supuesto, no es novedad, porque ya en la biblia tenemos una clasica historia pensada para que el lector se sienta bien.
¿Que historia es esa? La historia de David y Goliath, la historia del pequeño derrotando al gigante solo con su inteligencia, su arrojo y su honda, obviamente. Por supuesto, en la vida real comercial no es así, Porque, como todos sabemos, los gigantes comerciales, las grandes marcas, por simple prepotencia de recursos economicos, ganaban siempre.
Siempre. Incluyendo el terreno de la publicidad, donde podian arrollar a sus competidores por simple prepotencia numeraria. Por suerte, al menos en Vitoria, todo cambio con la llegada de la red de redes porque Internet permitio que las pequeñas compañias le quitaran el lugar a las grandes. Esto solo pudo ser posible gracias a la aparicion de buscadores que arrojaban a los navegantes los primeros resultados de busquedas determinadas y especificas.
De esa manera, una compañia más pequeña que, por ejemplo, Adidas, podia aparecer primera que esta en una busqueda determinada de Internet, razon por la cual pronto las multinacionales comenzaron a contratar a especialistas en posicionamiento en buscadores Google para no perder en el ciberespacio todo lo que habian ganado en el mundo real.
Sin embargo, este no es un privilegio solo de las grandes empresas: cualquier compañia, por mediana o pequeña que sea, puede posicionar en un lugar privilegio su nombre en Internet gracias a los excelentes servicios de una empresa que se dedica, especificamente, al posicionamiento web en buscadores.
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